Vas a morirte de a poco.
Tu respiración se hará lenta y quejumbrosa.
Vas a ir desfalleciendo cada vez más rápido con cada paso que des así que tenme cuidado.
Tus labios se irán sellando mientras más fuerte quieras gritar y los ojos te serán vacíos cuando quieras usarlos como segunda opción.
Créeme y no me quites la vista, que desde acá estaré observando como suplicas volver a amar.
Me quedaré sentada aquí mismo donde dejaste mis esperanzas perecer para ver, como se te cansan los pies. Como imploras volver a reír, volver a soñar y volver a sentir.
¡ Lastima mi amor ! el tiempo se acabó para tu reloj, pues ahora lo tengo yo.
Lo llevo guardado en el pecho, justo aquí donde ya no puedes entrar.
Vas a llevar clavado el frío interno y yo, me quedaré con tu canto adulador mi amor.
No sabes cuan miserable te veo, rogando por placer, suplicando volver a ver pero ya fue suficiente.
Aprendí a ver la lluvia caer, la vi cada día después de haberte leído en vano y me acostumbré.
Se te va a desintegrar la piel con cada beso que des. Se te acabará el aliento cuando quieras respirar otra piel y los ojos no te ayudarán cuando quieras soñar.
Se te acabó la miel mi amor, se te resbaló de la piel mientras mentías, se te despedazó el corazón mientras yo me colocaba una coraza.
Estás vacía e inutilizable. Como un juguete arrojado a la basura, pasaste a segundo plano. Como un escrito inútil y un piano sin teclas… así, como un café translucido… así, sin sabor ni color, sin la capacidad de satisfacer mi placer.
Que trivial mi amor, que trivial.